miércoles, 12 de diciembre de 2012

Compartir, una asignatura difícil

Uno de los puntos de fricción más habitual en la convivencia fraternal llega cuando se tiene que aprender a compartir.Al hermano mayor no le hará ninguna gracia que el pequeño eche mano de sus juguete. Y el pequeño, cuando ya crezca lo suficiente para moverse y manipular objetos por su cuenta pensará que todo le pertenece y agarrará todo lo que tenga a su alcance.
El proceso de aprendizaje para saber compartir, como en buena parte de los asuntos relacionados con la conducta, predicar con el ejemplo es una de las recetas que más funcionan. La madre y el padre pueden compartir con sus hijos algunas cosas (una galleta, una revista) y dejar que utilicen momentaneamente algo de su propiedad ( unos zapatos para disfrazarse, un gorro, etc...)
Hay que enseñarles que quitar algo por la fuerza o pegar al otro es inadmisible, y establecer un margen de tiempo para que después de utilizar determinado objeto uno lo ceda amablemente al otro y éste le de las gracias..
Cuando surja algún conflicto, esperar a ver si lo pueden resolver entre ellos y si no, intervenir intentando ser ecuánime. Separarlos siempre que la cosa acabe en un estallido de violencia.
Aunque se detecte diferencias entre uno y otro, no hay que manifestarlas delante de los niños,ya que las comparaciones son odiosas, especialmente si se utilizan para modificar la conducta de uno de ellos :"tu hermano si es ordenado ", "mira, ni tu hermana pequeña hace esas tonterias" etc...





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