martes, 22 de enero de 2013

El niño es poco afectuoso con su papá

Al principio, parece que el pequeño sólo quiere estar con su mamá. Es normal porque ha estado durante mucho tiempo dentro de ella. Sin embargo, después el padre le ayuda a descubrir el mundo.....

Durante los primeros meses de vida, es tal la simbiosis mamá-bebé que al pequeño le cuesta distinguir su propia identidad y la materna. Pero, con el paso del tiempo, esta relación exclusiva tiende a disminuir, para dejar también espacio a otras figuras que se convierten en importantes puntos de referencia afectiva para el niño. En primer lugar , el papá. Este proceso de separación es fisiológico, aunque, a veces, el niño permanece ligado de un modo excesivo a su mamá, y no se muestra tan cariñoso con su papá.
El lenguaje afectivo entre la madre y su hijo es distinto al que el pequeño instaura con el padre.
El amor por los padres se manifiesta de un modo diferente, porque las competencias de cada uno son diferentes.
La mamá representa para el pequeño acogimiento, calor,capacidad física y psicológica para contener. El cuerpo femenino, además, por naturaleza, está más habituado a tolerar el dolor físico, es la madre la que ayuda a su hijo a aceptarlo y a no asustarse. Si el niño se hace daño, es normal que encuentre refugio en ella. También la busca cuando desea mimos y caricias..

El papá, por el contrario, representa la fuerza física, la resistencia, la habilidad, el descubrimiento del mundo, para el niño es un modelo que le indica cómo hacer frente a las dificultades de la vida.

Su fuerza es de tipo dinámico y activo, distinta de la más pasiva de la mamá. El afecto por el papá, por tanto, se manifiesta precisamente en estos ámbitos. Cuando, por ejemplo, el pequeño busca a su padre para jugar, para que le proteja cuando siente un peligro o relata las proezas a sus amigos.Un pequeño que dice  a sus compañeros "Si me haces daño, se lo digo a mi papá" demuestra lo grande que es la admiración  y el afecto que siente por él.
Si el papá pasa poco tiempo en casa, es natural que el niño recurra a su mamá para todas las cosas.
No es cierto, sin embargo, que el afecto por el padre se resienta.
Para reforzar esta relación, es importante que el padre consiga, a lo largo de la semana, un momento exclusivo para vivir con su hijo.
Es fundamental que la mamá permita a su pareja que cuide del niño.
El papá, por su parte, debería encontrar un estilo de vida personal cuando se ocupa del pequeño, que le distinga del materno. Por ejemplo, el momento del baño puede convertirse en la ocasión para una aventura fantástica o para jugar juntos con los barquitos que flotan en el agua.

Comportamientos que hay que evitar.

. Sobre todo si el niño es muy pequeño, es necesario proceder de forma gradual, el papá puede ocuparse más veces de su hijo, pero sin pretender hacerlo todo de repente, mostrándose con ganas de aprender y aceptando los consejos de la mamá. Cuidar de un hijo es una experiencia que las mujeres, por motivos culturales, conocen más.

. No caer en el error de que para estar bien con el niño se debe hacer necesariamente alguna cosa juntos.
A veces, es suficiente con que el papá le haga percibir su presencia, que esté cerca del niño, mientras ambos continuan haciendo sus cosas.

. Nunca forzar la situación y obligar al niño a manifestar afectos con gestos o palabras. Él deberá encontrar los modos y el momento de hacerlo.

. La relación con el hijo no debe ser una "lucha por el territorio", nunca hay que preguntar al niño : ¿Prefieres estar con papá o con mamá?. Preguntas de este tipo le crean malestar.

. Las manifestaciones de afecto cambian según la edad del niño y la fase que está atravesando. Si se es consciente de ello, no hay que sentirse celoso o excluido.


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