lunes, 4 de marzo de 2013

Rechaza los alimentos sólidos

El destete es uno de los momentos más delicados en la vida del pequeño. Hay que tener, sobre todo, mucha paciencia y prestar atención a los ritmos del pequeño. Aunque, en algunos casos, parezca tomarse su tiempo, no hay nada que temer.

La "huelga dela papilla" puede llegar a cualquier edad, pero el periodo más crítico es durante el destete, cuando se pasa de alimentos líquidos a sólidos, a los 5-6 meses. El pecho ó l biberon, representa un vínculo muy estrecho que el niño aún mantiene con su mamá :la toma es un momento muy gratificante, rico en sensaciones agradables. El pecho es blando y cálido, mientras que la cuchara es  fría y rígida y el sistema debe aprender paradeglutir los alimentos sólidos,es totalmente diferente. Eso sin contar con la separación física que se produce entre el niño y su mamá: el pequeño debe acostumbrarse a comer la papilla sentado en su trona y renunciar al abrazo reconfortante que le envuelve cuando succiona la leche.

Como prevenir esta situación.

Para acostumbrar al niño a tener una relación equilibrada con la comida, el primer paso es aprender a comprenderle y a respetar sus exigencias desde el principio.. Por lo tanto, luz verde a la lactancia a libre demanda, tanto si se toma el pecho como el biberón, pero sin obesionarse con la balanza.
Es suficiente con pesar al bebéuna vez a la semana, teniendo en cuenta que, durante los primeros meses de vida, debería engordar al menos 500 gramos al mes, que corresponden a un incremento semanal de unos 120-130 gramos.
Otro parámetro que hay que controlar es la frecuencia con la que el pequeño hace pipí:si la mamá encuentra el pañal mojado 5-6 veces al día, significa que todo va bien.

Con el destete, hay que proceder de forma gradual, sin prisas.
Si, en el primer intento, el niño rechaza una papilla diferente de la habitual, no hay que insistir, se puede volver a intentarlo unos dias después.
Si el rechazo es obstinado, se puede intentar cambiar el tipo de cuchara ( las de metal pueden producir una desagradable sensación en la boca ) o bien la consistencia de la papilla, en algunos casos, el rechazo a la papilla tiene un significado de regresión,algunos niños quieren volver a tomar sólo leche y poco más, no hay nada de malo en secundar estas peticiones, lo importante es intentar conocer el motivo de que quiera "volver a ser pequeño".Por ejemplo , esta situación puede producirse coincidiendo con algún cambio, como el nacimiento de un hermanito, un traslado o el comienzo del colegio.
Volver al niño a estos "alimentos mimosos" permite al niño coger confianza y recuperar energias, para después, seguir creciendo. Solo se trata de uan fase pasajera que dificilmente dura más de dos o tres semanas.
Alrededor de los ocho meses, es frecuente que el niño presente falta de apetito, coincidiendo con el periodo de la dentición. Además, al adquirir mayor autonomia en el movimiento, el pequeño pierde un poco de interés por la comida,porque toda su atención está dirigida al descubrimiento de sus nuevas habilidades motoras.
Su gusto se está afinando, y es importante que la mamá consiga estimularle proponiéndole sabores nuevos, para satisfacer su curiosidad y su apetito. Si esto no se produce, puede suceder que el niño se aficione a los viejos sabores y empiece a pedir más leche.

QUE NO HAY QUE HACER.

A partir del destete se debe evitar ejercer presión para que el pequeño coma en contra de su voluntad:nunca hay que hacerle pensar que se le quiere o se le aprueba sólo porque "satisface a la mamá" vaciando siempre el plato que se le ofrece.
No hay que introducirle en la boca la cuchara muy llena, con la esperanza de que "coma algo": al principio, lo que hace el niño es succionar el alimento.
No se pude pretender que el niño no toque la comida con los dedos : manipular la papilla es importante para que aprecie mejor esta experiencia.
No hay que ofrecerle la cuchara desde arriba, porque el niño puede vivir esta experiencia como una imposición.
No se debe transformar la comida en un arma de chantaje, ofreciendo al niño una recompensa si come : a medida que crezca, acabará siempre pidiendo algo a cambio de lo que haga.
No hay que sentirse "suspendido" si el pequeño rechaza el alimento, y tampoco pensar que esto significa que no quiere a su mamá. Normalmente, el niño con su "no" sólo expresa sus gustos y sus ritmos alimentarios, que no necesariamente coinciden con  los de los mayores.








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